Haz de tu habitación un lugar cálido y acogedor.
Seguro que estás de acuerdo conmigo en que uno de los lugares más personales de tu casa es el dormitorio. Es un espacio de relax, destinado al descanso, por lo que ha de estar decorado de una manera pensada, a nuestro gusto y según nuestras propias preferencias. Y ahora que estamos en invierno, necesitamos un plus de calidez y confort. Descubre cómo conseguir un dormitorio cálido con algunas ideas fáciles de llevar a la práctica.

No necesitas cambiar los muebles ni toda la ropa de cama, porque eso supondría contar con un presupuesto importante. Siempre se puede conseguir modificar la esencia del dormitorio para renovarlo y, al mismo tiempo, hacerlo más confortable sin tener que invertir un dineral en ello. ¿Quieres saber cómo?
Menos es más en un dormitorio cálido.

Puede que tengas en tu dormitorio los muebles que heredaste de la abuela. O puede que necesites mucho espacio para guardar. Sin embargo, nada de eso justifica un dormitorio abigarrado y demasiado lleno de muebles. Y es que para hacer de tu habitación un lugar agradable en el que te guste estar, un lugar que te reciba y te acoja cada noche, es fundamental que no tenga demasiados elementos, sobre todo si no es muy grande. Apuesta por tener pocos muebles, será lo mejor. ¡Convéncete! Hazte con un buen armario, ya sea empotrado o exento, y equípalo de la mejor manera para que puedas mantener el orden. Un dormitorio desordenado en el que todo esté manga por hombro no podrá ser nunca un dormitorio cálido y acogedor.
Elige bien los colores.

Si tu habitación necesita una mano de pintura, tienes ante ti la posibilidad real de renovarlo por completo, y con poco trabajo y dinero, sobre todo si lo haces tú mismo. Elegir bien los colores de las paredes es importante si quieres conseguir un dormitorio cálido y especial. Y para encontrar los mejores colores para tu dormitorio has de tener en cuenta que los tonos neutros y suaves son los que más favorecen el descanso. Conviene evitar los colores muy intensos y estridentes, aunque eso no quiere decir que evitemos completamente los colores oscuros.

Una opción es utilizar la paleta de los marrones y grises, en todas sus versiones e intensidades. Resultan genial en el dormitorio y favorecen la comodidad. Los marrones aportan calidez. Son los tonos de la madera, muy presentes en la naturaleza: colores tierra, marrones grisáceos y tonos piedra, tostados, arenas, etc. Como ves, las posibilidades son muchísimas.

Otra gama de color que va genial en el dormitorio es la de los verdes azulados y turquesas. Son colores capaces de crear sensación de equilibro, de transmitir bienestar. Elige la intensidad en función del tamaño del dormitorio y de la cantidad de luz natural que reciba. Además, estos todos azulados combinan muy bien con la paleta de los tonos marrones y grises. El resultado es un ambiente acogedor y confortable.
Crea una iluminación cálida.

Puede que hayas puesto mucho esmero en decorar tu dormitorio para que sea un lugar especial, acogedor y confortable. Sin embargo, si no eliges bien la iluminación (que en invierno es muy importante por ser más necesaria), todo puede irse al traste de la forma más absurda. Esto ocurrirá si pones, por ejemplo, luces demasiado intensas y de colores fríos. Para que la iluminación te ayude a lograr un dormitorio cálido apuesta por una luz general muy suave (y de un tono cálido) y añade diferentes puntos de luz si es necesario. Seguramente necesitarás una lámpara en la zona del armario, para ayudarte a encontrar lo que necesitas. Y también unos apliques a ambos lados de la cama o luces de sobremesa en las mesillas por si eres de los que leen antes de dormir. Los reguladores de luz pueden ser muy útiles a la hora de regular la intensidad de la iluminación. Así cuando necesites relajarse y que la luz sea escasa podrás conseguirlo sin problemas.
Como ves, son muchas las cosas que puedes hacer para convertir tu habitación en un dormitorio cálido y muy confortable. Un refugio perfecto para las frías noches de invierno. ¡Lo disfrutarás cada día!